El rojo inaugural de la mortandad adquiere hoy por hoy tonalidades: colorado pardusco, rojo reluciente.

El rojo inaugural de la mortandad adquiere hoy por hoy tonalidades: colorado pardusco, rojo reluciente.

Ademas Actualmente la matanza como fluido adquiere consistencias varias, la sobre perdigones, gotitas sobre agua, escamas sobre arenque. La inspeccion se ha centrado Actualmente en la sangre misma y no ha transpirado en su caida copioso. Nunca es simple hallar una pintura o un dibujo que proporcione una imagen equivalente a la vision de Juliana, pues igual abundancia de sangre no puede ser objeto de representacion en la pintura sobre la emocion. Con todo, un dibujo de la primera medio del siglo XIV conservado en el Museo Schnutgen sobre Colonia (Fig. 3), cuya desempeno ha sido atribuida an una monja de un convento del Rin, muestra el cuerpo de Cristo cubierto enteramente por la mortandad. San Bernardo Se Muestra brazado a la cruz transformada into a geyser of redeeming blood, en terminos de Jeffrey Hamburger (139). Y no ha transpirado es que, en resultado, la muerte roja cae an enormes chorros asi­ como cualquier el cuerpo humano del crucificado esta tenido de colorado. La imagen es impresionante por su intensa elocuencia desplazandolo hacia el pelo crudeza, lo que contrasta con su reducido medida (25.5 x 18 cm).

El espectador siente como En Caso De Que las chorros de mortandad fueran a alcanzarle, sin embargo nunca lo realizan por motivo de que ni siquiera tocan ni a san Bernardo ni a la monja que esta al otro bando sobre la cruz. ?Como es lo cual posible? Ni una sola mancha roja se puede advertir en las tunicas de los dos personajes, ni tampoco las manos que abrazan las piernas sobre Cristo o la madera ensangrentada de la cruz revelan huella sobre matanza. ?No perteneceran a realidades distintas, una la del crucificado y su matanza, y una diferente la de las personajes al pie de la cruz? ?No sera el crucificado objeto de la vision de los que estan arrodillados? Ademi?s algunas miniaturas del siglo XV ofrecen esa misma fuerza en el momento sobre presentar la sangre del crucificado. Asi, el manuscrito de la British Library Egerton 1821 (Fig. 4), considerado igual que un ej caracteristico de ejemplar devocional, ya que en hookup el identico recayeron las manifestaciones emotivas por parte de las lectores (como por ejemplo las besos que desgastan letras e imagenes), contiene un folio con la forma de Cristo con la corona de espinas asi­ como cualquier el novio envuelto en sangre.

Las gotas de crimen caen igual que gotitas de chubasco. En este mismo manuscrito, en las folios iniciales, fueron representadas gotas de sangre (Fig. cinco).

En esta vision, el rostro sobre Cristo no ha desaparecido atras de la abundancia sobre la mortandad, sino que Juliana se refiere an el novio igual que un rostro bello y no ha transpirado vivo.

Sobre hecho, la vision produce en Juliana sentimientos contradictorios y no ha transpirado opuestos: “Esta vision era vivida desplazandolo hacia el pelo penetrante (quick and lively, A Revelation 7, 23), espantosa y horrible (hidous and dredfulle, 24), dulce desplazandolo hacia el pelo amorosa (swete and lovely, 24)”. El espanto se conjuga con la dulzura, el horror con el amor, pero lo que parece envolver a todos esos contrarios resulta una misma vida, el sentimiento de vida que despierta en Juliana la vision asi­ como que se refiere tanto al igual rostro, lleno de belleza, igual que tambien al derramamiento de muerte. Las visiones de la muerte de Cristo, que remiten indudablemente a la vida, alternan en el Libro de Juliana con otras visiones corporales que se refieren al torso de Cristo, desplazandolo hacia el pelo su pulpa, muestra visible sobre la muerte, a las que nunca nos vamos a citar en este post. Al concluir el relato sobre este primera revelacion, Juliana precisa que tuvo espacio y tiempo de contemplarla (space and time to beholde it (A Revelation 8, 18-19), aunque que la perspectiva corporal ceso antiguamente que la vision espiritual, que “continuaba en mi entendimiento”.

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